domingo, 9 de enero de 2011

El disco: una relación contractual exclusiva entre el músico y la discográfica

No acabo de entender demasiado bien porqué algunos músicos echan la culpa al consumidor de todos sus males y le responsabilizan de la falta de ventas de sus discos cuando en realidad no han firmado ningún contrato con él. Yo, como consumidor, por lo menos no he firmado ningún contrato con ningún músico comprometiéndome a comprarle todos los discos que saque en los próximos diez años. No, no he firmado absolutamente nada.

El único contrato que se ha firmado es el que se ha establecido entre el músico y la industria discográfica, contrato en el que no ha intervenido para nada el consumidor. A quien tiene que responsabilizar por tanto el músico de sus pocas o muchas ventas y del dinero que gane o deje de ganar es a sí mismo y a la discográfica con la que ha firmado el contrato.

Como ya hemos dicho en otras entradas de este mismo blog, el músico vende su producto a la industria discográfica a cambio de una remuneración establecida en el contrato. El problema es que el contrato firmado suele establecer dicha remuneración como un porcentaje sobre las ventas, con lo cual si no hay ventas no hay remuneración alguna para el músico. Se trata por tanto de un contrato que implica un riesgo cierto, un riesgo que el músico debe asumir pues es implícito al propio contrato que ha firmado. Pero la responsabilidad de la firma de dicho contrato es del músico, no del consumidor que es un ente totalmente ajeno a la relación contractual entre la discográfica y el músico.

Si no quieres asumir ese riesgo cierto es tan sencillo como no firmar ningún contrato que implique una remuneración porcentual sobre el volumen de ventas del producto derivado (el disco) y fijar en el contrato una remuneración fija. Eso reducirá ese riesgo cierto pero también te inhabilitará a ganar una mayor cantidad de dinero en el caso de que el disco se venda mejor de lo que esperabas. Pero es que no se puede tener todo, como en cualquier otra inversión mayor seguridad implica menor rentabilidad. Si quieres mayor seguridad invierte en renta fija, si quieres mayor rentabilidad invierte en renta variable, pero no puedes tener seguridad y rentabilidad a la vez. Si finalmente apuestas por la renta variable tendrás que asumir que puedas perder todo el dinero que has invertido. Si te dan mas rentabilidad es precisamente por el riesgo que has asumido.

Así, cuando un tanto ufanos decimos que estamos defendiendo nuestro derecho a vivir de la música (1) lo que en realidad estamos defendiendo es el asegurar una rentabilidad que el propio contrato que hemos firmado no nos asegura. Es decir, lo que estamos pidiendo es nuestro derecho a tener beneficios cada vez que invertimos en renta variable, es decir, cada vez que jugamos a la Bolsa.

Lo peor no es que pidamos un imposible, lo peor es que estamos difiriendo la responsabilidad del contrato que nosotros mismos hemos firmado al consumidor, responsabilizándolo de no hacer segura una rentabilidad que nunca nadie nos aseguró.

(1) Vease también la entrada: el derecho del músico a vivir de la música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario