miércoles, 5 de enero de 2011

La industria discográfica pierde su razón de ser

Pese a que siempre se ha querido presentar a la industria discográfica como una industria de creación de contenidos cultuales el hecho cierto es que la razón de ser de dicha industria no es la creación de dichos contenidos sino la copia masiva y posterior venta de los mismos. La industria discográfica no es nada mas que una gran copistería.

Y esa actividad ha perdido su razón de ser en la sociedad digital actual.

La industria discográfica tenía razón de ser mientras la tecnología de copia no estaba al alcance de todo el mundo e implicaba costosas inversiones en caros bienes de equipo. Pero desde el momento en que la tecnología de copia se convierte en un producto de consumo al alcance de todo el mundo esa razón de ser deja automáticamente de tener sentido exactamente igual que ha dejado de tener sentido la razón de ser de la industria de la fotografía analógica, la de la industria del video VHS, la de la industria de fabricación de tomavistas, la de la industria de fabricación de cintas de casette o la de tantas otras industrias.

¿Y que hace una empresa cuando fruto de un avance tecnológico su razón de ser deja de existir?

Pues cierra o se reinventa. Por ejemplo TDK en vez de seguir produciendo cintas de casette ahora produce pendrives y tarjetas de memoria.

Pero la industria discográfica, escondiendo la cabeza en un agujero como un avestruz, se empeña en no hacer ni una cosa ni otra, de modo que ni echa el cierre ni se reconvierte, algo que es completamente insostenible. Y para sostener lo insostenible echa mano de los poderes del Estado para crear un marco normativo que la mantenga con vida artificialmente. Donde antes reclamábamos liberalismo a ultranza ahora reclamamos normativa y control.

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